Resumen
El quechua es la lengua indígena más hablada en las Américas. Sin embargo, la lengua y la cultura quechuas siguen profundamente marginadas en los Estados poscoloniales en los que existen. El Colectivo Regional de Educación Comunitaria e Identidad Cultural, RIKCHARISUN, que significa “Levantémonos” en quechua, es un colectivo de instituciones y personas comprometidas con el fortalecimiento de la identidad cultural y lingüística de los pueblos quechuas. Para avanzar en este objetivo, el colectivo pretende movilizar a la sociedad regional de Apurímac, Perú, para abordar y superar la marginación histórica de los pueblos quechuas en la sociedad nacional y en todo Perú. RIKCHARISUN trabaja no sólo para elevar y fortalecer la cultura quechua, sino también para desarrollar políticas públicas que garanticen los derechos colectivos relacionados con la cultura y la lengua en todos los sectores de Perú.
En esta entrevista, los coordinadores de RIKCHARISUN, Elizabeth Corimanya y Marcelino Galindo, comparten algunos de los principios fundacionales del colectivo, relacionándolos con las formas en que los elementos sociales y culturales se entrelazan en la lucha por la revitalización de la lengua. También hablan de compromisos más amplios con los pueblos indígenas en una época de autoritarismo extremo y represión estatal, tanto en Perú como en América Latina en general.
¿Podrían proporcionarnos un contexto general sobre la situación de los pueblos quechuas (runakuna) en Apurímac y el impulso de RIKCHARISUN?
Elizabeth: Apurímac, territorialmente, es reconocido formalmente como cuna de la diversidad, debido a todos sus antecedentes históricos interculturales, que llevaron a la coexistencia de muchas culturas precolombinas e incas en todo el territorio. Hay varias etnias presentes en la región, como los Qotaniras, Qotapampas, Yanahuaras, Umasuyus y Antahuayllas. Sin embargo, el número de quechuahablantes ha disminuido notablemente. Mientras que el censo de 2007 (INEI, 2007) indicó que el 85% de los quechuas hablaba el idioma, en 2017 solo lo hacía el 70%. El declive de los hablantes de quechua puede atribuirse a la falta de una política lingüística que proteja y preserve las lenguas indígenas.
El último censo de Apurímac registró 405.759 habitantes, de los cuales el 70,75% declaró que su lengua materna era el quechua, mientras que el 28,45% indicó que era el español. La población quechuahablante en las provincias según INEI 2017 es la siguiente: Abancay (53,8%), Andahuaylas (75,8%), Antabamba (80,0%), Aymaras (74,9%), Cotabambas (78,9%), Chincheros (76,6%), Grau (86,6%). En cuanto a la demografía, el 84,1% de la población a partir de 12 años de edad se autoidentifica como Quechua, el 9,9% como mestizo y el 2,5% se identifica como perteneciente a otro pueblo indígena. En el censo también encontramos una brecha urbano-rural: en los centros urbanos, el 78,1% de la población se identifica como Quechua frente al 89,2% en las comunidades rurales, motivo más que suficiente para desarrollar programas y proyectos que fortalezcan y vigoricen la legitimidad de la cultura andina y la Lengua Quechua, especialmente en los espacios urbanos. Consideramos que se trata de una necesidad crítica, especialmente en esta coyuntura de crisis social en la que la discriminación racial, lingüística y cultural contra los peruanos [quechuahablantes] es tan aguda. Las brechas de las asimetrías culturales impuestas por el Ministerio de Educación—en las que la falta de Educación Intercultural Bilingüe sigue considerándose un problema no esencial—siguen impactando nuestras realidades cotidianas. En este contexto y con el interés compartido de combatir este abandono estructural se fundó el Colectivo RIKCHARISUN para unificar fuerzas e identidades basadas en la lengua y la cultura. Su principio rector es buscar alternativas y mecanismos para no sólo defender sino asegurar el quechua como elemento central de nuestro territorio. A pesar de la falta de voluntad política y de toma de decisiones, el quechua y el Pueblo Quechua siguen sobreviviendo.
Machi: Casi todos en Apurímac pensamos y sentimos en quechua, lo que significa que nuestros pensamientos y sentimientos están configurados en dos lógicas, en quechua y en castellano y entendemos el mundo desde ambas—esto es una de las grandes riquezas inmateriales que tenemos. Por lo tanto, actuamos con estas dos lógicas, y por eso, por ejemplo, cuando iniciamos actividades agrícolas en la granja, lo primero que hacemos es pedir permiso a la Pachamama a través de ofrendas, como la challa o la tinka.
Una de las razones por las que dirigimos el colectivo es precisamente para desarrollar esta forma de vida, no sólo como discurso, sino como práctica de vida, lo que se conoce como sumaq kawsay.
¿A qué creen que se debe la marginación histórica del quechua y qué sistemas o mecanismos la perpetúan?
Nuestros padres y abuelos han vivido procesos sistemáticos de exterminio en forma de desprecio estructural, rechazo y marginación desde la invasión española. Todavía hoy podemos ver las secuelas de esta larga y dolorosa experiencia. Prueba de ello son, por ejemplo, las identidades que nos definen nuestros padres, a menudo influidas por la Iglesia. Nos han puesto nombres en español, y ahora la nueva generación de padres les ha puesto a sus hijos nombres en inglés o en otro idioma para que, al menos en el nombre, nos parezcamos a las personas “blancas”.
Por otra parte, la discriminación y el racismo siguen siendo frecuentes en nuestro país. A menudo, quienes nos discriminan son nuestros propios hermanos, que han adquirido cierto poder económico. Por ello, y con gran tristeza, nos encontramos con un país socialmente quebrado. Por eso, desde el Ministerio de Educación, institución en la que trabajo, estamos proponiendo la Educación Intercultural Bilingüe para todos. Nuestros principales objetivos son abordar lo siguiente:
La estructura colonialista que aún persiste en el Estado peruano, donde no se respetan los derechos Constitucionales;
Los Prejuicios Culturales y Lingüísticos impuestos por una Sociedad colonialista;
La Discriminación y Estigmatización Institucionalizadas de la Lengua Quechua para los cholos y personas de estratos sociales bajos;
El racismo codificado contra las Culturas Indígenas que se encuentra dentro de las Culturas Occidentales;
Las brechas Educativas Entre Zonas Urbanas y Rurales ligadas al uso de la Lengua Quechua;
Asimetrías Culturales que persisten en el país.
Apu Tinkay (Encuentro de Montaña) – Mirador de Taraccasa Abancay. 21 de agosto de 2019. Crédito de la foto: Arí Vásquez
Que el quechua persista, como ustedes atestiguan, refleja una cultura que no sólo está presente, sino que continúa regenerativamente, encarnando el título del libro de Silvia Rivera Cusicanqui, Oprimidos pero no vencidos. Está claro que la revitalización lingüística no es simplemente una cuestión multicultural, sino política. ¿Podrían profundizar un poco más en la política de la cultura quechua más allá de la multiculturalidad? Al escuchar sus respuestas, me parece que este proyecto es mucho más que una simple representación, sino más bien una forma particular de representación según modos de vida singulares.
Sí, así es, porque el quechua no es sólo una lengua, sino también una cultura, que a lo largo de más de 500 años de colonización aún sobrevive, al tiempo que se enfrenta a fuertes obstáculos para su legitimación, incluido el reconocimiento social, político y cultural. Esto ha provocado la movilización de organizaciones y pueblos indígenas para exigir su reconocimiento a nivel nacional e internacional. Estos movimientos han abogado por el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT y la aplicación de la Ley de Lenguas Indígenas para garantizar los derechos lingüísticos. La lucha de los pueblos indígenas ha sido obstinadamente persistente en la reivindicación de su lengua y cultura, hablando directamente del título de Silvia Rivera Cusicanqui, “Oprimidos pero no vencidos”. Organizados desde 2010, los Congresos Nacionales de Educación Intercultural Bilingüe fueron esenciales para ayudar a legitimar la cultura, en particular para elaborar el lenguaje de la ley educativa N° 28044 (29 de julio de 2003), que reconoció la educación en el hogar basada en nuestra propia lengua cultural o indígena. Esto es importante en un país con 43 lenguas indígenas y donde se reconocen más de 76 grupos étnicos en distintos territorios, entre ellos Pueblos Indígenas Amazónicos, Quechuas, Aymaras y Afroperuanos.
Los pueblos indígenas seguimos siendo una fuerza políticamente organizada, vinculada a instrumentos de gestión territorial que se legitiman a través de las actividades sociales y culturales que seguimos realizando en toda nuestra región. Este es el legado histórico y ancestral de nuestros pueblos y que hoy conforma la cultura andina de Apurímac.
¿Por qué es importante la colectividad para la conservación cultural? ¿Cómo se define la cultura quechua por su colectividad?
En la cultura quechua la colectividad es un legado del allin kawsay, circunscrito en principios de dualidad, reciprocidad, complementariedad. Esto se centra en una especie de agrocentrismo, donde el vórtice de la dinámica política, cultural, económica y social entre los pueblos originarios se da en el cultivo de la chacra (granja). Aquí se practican formas de convivencia con la Pachamama y las deidades tutelares a través de la religiosidad, los rituales o las ofrendas, lo que en quechua se conoce como Qaywarikuy. Sin embargo, estas prácticas culturales no están legitimadas en la sociedad como tal. Las asimetrías entre culturas amenazan con agravar la pérdida de identidad como consecuencia de la asimilación y la aculturación en sistemas globalizadores. En línea con la obra de Silvia Rivera Cusicanqui está el Tayta (figura paterna) José María Arguedas, luchador indigenista que reclama la justicia intercultural. A lo largo de su obra denunció el genocidio y la discriminación de las culturas andinas, mientras se esforzaba por elevar su estatus social. En última instancia, las estructuras colonialistas del racismo, en particular el criollismo, acabaron arrebatándole su vida y su importante trabajo. Para Arguedas, la unidad cultural era necesaria por los grandes valores y aportaciones que cada comunidad llevaba dentro. Al mismo tiempo, advirtió que este proceso no debería convertirse en una forma de “aculturación” a costa de renunciar a la cultura de los pueblos vulnerables o “vencidos”. En su célebre discurso “Yo no soy un aculturado” (Lima, octubre de 1968), Arguedas reclamó la legitimación de la diversidad cultural en todos los espacios de la esfera política, educativa y social, reivindicando la reestructuración del Estado para que perteneciera a todas las sangres. [Literalmente, la frase de Arguedas fue “todas las sangres”, pero tal vez sea mejor interpretarlo como “todos nuestros linajes”].
Una forma de preservar la cultura en el tiempo y el espacio es integrarla en las formas educativas, creando la posibilidad de transmisión intergeneracional de los conocimientos ancestrales. Para ello, el docente debe conocer el universo cultural de los alumnos y sus tradiciones, así como sus costumbres e historias familiares y comunitarias. Todo ello debe formar parte de la práctica política y pedagógica del docente en su relación con el alumno. Hablar de etnia y lengua no es simplemente un gesto para afirmar la diversidad, sino una forma de sentir la identidad peruana en todas sus manifestaciones. A pesar del proceso colonial, esta sigue viva y vibrante en diversos contextos de la sociedad peruana.
Por último, ¿cómo preservar la lengua y la cultura? Requiere cambios sistémicos y epistemológicos:
Considerar la diversidad cultural como algo positivo y no como un problema
Respetar y valorar las culturas por su aportación
Vivir la interculturalidad como proyecto de vida
Legitimar las iniciativas educativas que sirvan para reconocer y desarrollar las culturas de los pueblos originarios
Afrontar los retos de la modernidad como Quechuas, Aymaras, Amazónicos y Afroperuanos, sin perder nuestras identidades culturales.
Ver la interculturalidad como una oportunidad para construir puentes para la paz y Allin Kawsay (Buen Vivir)
¿Podría compartir algunas de las prácticas pedagógicas más eficaces que ha utilizado como miembro de RIKCHARISUN?
Hemos desarrollado un proyecto de reforma educativa, concretamente de educación intercultural bilingüe llamado “Quechua para todos”. Esta iniciativa de reforma se basa en el reconocimiento y la normalización de los procesos educativos relacionados con los conocimientos y las prácticas culturales. También es importante hacer accesible el quechua a todos los niveles, sobre todo en el marco de la iniciativa educativa “Qispinanchispaq” 2036 en la región de Apurímac. También pretendemos desarrollar la enseñanza de lenguas ancestrales en contextos urbanos.
Todo esto lo reunimos en nuestras celebraciones de Año Nuevo Andino que se realizan el 21 de junio, autorizadas por la Resolución Directoral Regional N° 1293-2022 DREA, un importante ritual que nos permite recuperar nuestra relación con la Pachamama y nuestras deidades andinas.
Por último, celebramos la vida y el legado de José María Arguedas el 28 de junio, en colaboración con las oficinas locales y regionales, los padres, los niños y la población en general.