Resumen
En el siglo XX, la United Fruit Company (UFCO) era el mayor terrateniente privado de América Central. Conocida por su involucramiento en el derrocamiento de gobiernos centroamericanos para proteger sus activos, la UFCO también desarraigó a gobiernos anteriores. La UFCO creó cuasi-monopolios sobre la tierra y el patrimonio Maya, tanto antiguo como contemporáneo, mediante la inversión y, a veces, la compra directa de sitios arqueológicos. Si bien el control de la agricultura por parte de la UFCO ha sido un tema de estudio frecuente, poco se ha dicho sobre el producto de su arqueología. Este proyecto muestra cómo la UFCO hecho mano de la arqueología para acumular poder y territorio en América Central en el siglo XX.
Mi investigación de archivo multi-sitio conjuga archivos arqueológicos con registros comerciales, fotografías, mapas y material audiovisual para revelar cómo los sitios arqueológicos se convirtieron en zonas cuasi-soberanas estadounidenses que canalizaron antigüedades e investigadores estadounidenses a través de un complejo académico-industrial. Según la lógica de la UFCO, la tierra—y su comercialización—era valorada por su contenido potencial de antigüedades y, al mismo tiempo, amenazada por la sobreexplotación agrícola, dando paso a la creación de un mecanismo para que las empresas ‘salvaran’ sitios al incorporarlos y zonificarlos como protegidos dentro de sus propias plantaciones e infraestructuras. Así, al tiempo que despojaba a los pueblos indígenas de sitios sagrados y tierras cultivables, la UFCO se posicionó como una entidad ideal para salvar los sitios de la amenaza de su propia agricultura, creando zonas territoriales ambiguas que persisten hoy en día.