Resumen
¿Cuál es la mejor manera de prestar servicios de salud a las poblaciones indígenas rurales que viven lejos de los centros de salud? En el caso de las personas embarazadas, ¿qué estrategias pueden mejorar la atención prenatal y reducir la incidencia de enfermedades de transmisión materno-infantil—como la enfermedad de Chagas, el VIH, la hepatitis B y la sífilis—que pueden tener graves consecuencias para la salud, tanto de la madre como del recién nacido?1 Para abordar estas preguntas, los miembros de nuestro equipo viajaron a la región del Gran Chaco en agosto de 2019 y enero de 2023 para observar cómo se presta atención sanitaria a las mujeres embarazadas de la región mediante el uso de unidades móviles de salud. Estas unidades móviles formaban parte de un programa en el que proveedores no estatales de servicios sanitarios se asociaron con los sistemas provinciales de salud pública de tres países vecinos para ofrecer atención prenatal a mujeres embarazadas, la mayoría de ellas indígenas.
Contexto
La zona trifronteriza entre Argentina, Bolivia y Paraguay, en la región del Gran Chaco, está poblada en gran parte por pueblos indígenas. En el lado argentino, los Wichís constituyen la etnia más numerosa, seguidos de los Chorotes y los Pilagás, entre otros. Los Pueblos Weenhayek y Guaraní también están presentes en la zona, sobre todo en Bolivia y Paraguay, respectivamente. Las unidades móviles de salud visitaron localidades como Santa Victoria Este y Alto La Sierra, en Argentina; Crevaux y D’Orbigny, en Bolivia; y Pozo Hondo y Dr. Pedro P. Peña, en Paraguay (véase el Mapa 1). Esta región registra algunas de las tasas de mortalidad materna e infantil más altas de estos países, debido en parte a la escasez de agua potable durante el verano (que provoca enfermedades diarreicas y deshidratación) y a la prevalencia de infecciones respiratorias en invierno. El acceso a los centros de salud suele ser difícil debido a las distancias, el mal estado de las carreteras y la poca disponibilidad de automóviles en las comunidades indígenas de la zona. Esto aumenta el riesgo de emergencias no atendidas, que en ocasiones pueden resultar mortales (véase la Tabla 1 en nuestro artículo publicado relacionado.
Mapa 1: Localidades incluidas en la Intervención ADESAR/Mundo Sano2
Atención sanitaria móvil
Desde 2018, dos organizaciones no gubernamentales argentinas (ONGs), ADESAR y Mundo Sano, se han asociado con la provincia de Salta en Argentina, y periódicamente con las autoridades regionales de salud en Yacuiba, Bolivia, y Boquerón, Paraguay, para proporcionar atención prenatal a las mujeres embarazadas cada dos meses. El equipo de médicos de la ONG—que incluye un(a) obstetra, un(a) ecografista, un(a) bioquímico y un(a) pediatra—se asocian con las autoridades sanitarias locales (médicos, nutricionistas, enfermeras y agentes sanitarios) para realizar exámenes médicos a mujeres embarazadas. Cada paciente recibe una revisión clínica, una ecografía y pruebas de laboratorio para detectar infecciones por Chagas, VIH, hepatitis B o sífilis. Además, ante la detección de estas infecciones, los médicos de la ONG colaboran con los funcionarios locales de salud pública para proporcionar tratamiento a las mujeres y, cuando es necesario, a los recién nacidos. Esta atención se presta sin coste alguno para las mujeres ni para el sistema sanitario público y está financiada por la Fundación Mundo Sano a través de fondos filantrópicos y subvenciones.
¿Cuáles fueron los efectos de la atención sanitaria móvil al cabo de 18 meses?
Entre junio de 2018 y octubre de 2019, los médicos de la ONG utilizaron unidades móviles de salud—equipadas con un ecógrafo y un laboratorio portátil con pruebas rápidas—para realizar nueve visitas a la zona trifronteriza. Durante este tiempo, pudieron realizar al menos un control prenatal a casi todas las mujeres embarazadas del lado argentino de la frontera. Pudieron hacer lo mismo con aproximadamente la mitad de las embarazadas de las zonas visitadas en Bolivia y Paraguay, donde los médicos pasaron menos tiempo que en Argentina (véase la Tabla 3 en nuestro artículo). Además de proporcionar atención prenatal, los médicos de la ONG también diagnosticaron un total de 69 casos de enfermedad de Chagas y cinco casos de sífilis entre las mujeres examinadas; no se detectó ningún caso de VIH ni de hepatitis B en las mujeres evaluadas (véase la Tabla 5 en nuestro artículo). Tanto el acceso a la atención prenatal como las tasas de diagnóstico mejoraron con la introducción de las unidades móviles de salud.
Coproducción en la atención sanitaria: Complementariedad (sí) y enraizamiento (no del todo)
Desde la perspectiva de las ciencias sociales, evaluamos esta intervención como un caso exitoso de coproducción entre los médicos de la ONG y las autoridades sanitarias locales en la prestación de asistencia sanitaria a mujeres embarazadas. “Coproducción” se refiere a un esfuerzo de colaboración en el que ambas partes trabajan juntas de manera que maximizan sus respectivas contribuciones, mejorando así los resultados combinados.3 Para hacer nuestra evaluación, buscamos pruebas de dos componentes clave de la coproducción: (a) la “complementariedad”, en la que cada parte aporta habilidades o recursos de los que la otra carece, y (b) el “enraizamiento”, que definimos como el grado en que las partes están interconectadas, aprendiendo unas de otras o transformándose mutuamente mediante sus prácticas conjuntas.4
En esta intervención sanitaria, hubo complementariedad entre la experiencia y las herramientas de los médicos de la ONG y los conocimientos y la labor de las autoridades sanitarias locales, lo que mejoró el acceso a la atención sanitaria y el diagnóstico de las enfermedades. No obstante, observamos algunos aspectos susceptibles de mejora, en particular la ausencia de un intérprete Wichí, que suponía una importante barrera de comunicación entre las pacientes y el equipo médico. En nuestra segunda visita, sin embargo, observamos que la presencia de una intérprete permitía a las mujeres hablar de sus circunstancias personales y sus miedos de manera más abierta. Muchas siguieron acudiendo a la intérprete para que les ayudara a navegar por el sistema sanitario, incluso después de la conclusión de la intervención médica. En nuestro artículo, sostenemos que, aunque existe complementariedad entre los médicos de las ONG y los del sistema de salud pública, falta enraizamiento con las pacientes y sus comunidades, y un(a) intérprete podría mejorar esta situación.
También observamos que, con la excepción de los agentes sanitarios en Salta (algunos de los cuales son miembros de comunidades indígenas), la mayoría de los médicos y profesionales de la salud desconocen las prácticas de cuidado indígenas tradicionales. Los sanadores indígenas, como los curanderos o las parteras, están totalmente invisibilizados o marginados. Creemos que un enfoque intercultural de la atención sanitaria—que no sólo emplee a intérpretes de lenguas indígenas, sino que también integre a curanderos y parteras, cuando estén disponibles y dispuestos a colaborar con médicos con formación tradicional—podría mejorar aún más los resultados obtenidos por esta asociación. También estamos ansioses por ver cómo la aplicación de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso de La Asociación Lhaka Honhat (Nuestra Tierra) vs. Argentina, relativa a la recuperación de territorio Wichí en esta región, puede afectar a los resultados individuales y de salud pública en estas comunidades.
Referencias:
Crudo, Favio, Pablo Piorno, Hugo Krupitzki, Analia Guilera, Constanza Lopez-Albizu, Emmaria Danesi, Karerina Scollo, et al. “How to Implement the Framework for the Elimination of Mother-to-Child Transmission of HIV, Syphilis, Hepatitis B, and Chagas (EMTCT Plus) in a Disperse Rural Population from the Gran Chaco Region: A Tailor-Made Program Focused on Pregnant Women.” [En inglés]. PLoS Neglected Tropical Diseases 14 (28 de mayo de 2020): e0008078.
Evans, Peter. “Government Action, Social Capital and Development: Reviewing the Evidence on Synergy”. World Development 24, núm. 6 (1996): 1119–32.
Ostrom, Elinor. “Crossing the Great Divide: Coproduction, Synergy, and Development.” World Development 24, núm. 6 (1996): 1073–87.
Para leer más sobre nuestra investigación, puede descargar nuestro artículo revisado por pares y de acceso abierto publicado en World Development.
En nuestro estudio de caso, utilizamos el término “madre” o “mujer embarazada” en lugar del término más inclusivo “persona embarazada”, porque refleja la población que fue tratada por los médicos implicados en esta intervención sanitaria. ↩︎
Favio Crudo, Pablo Piorno, Hugo Krupitzki, Analia Guilera, Constanza Lopez-Albizu, Emmaria Danesi, Karerina Scollo, et al. “How to Implement the Framework for the Elimination of Mother-to-Child Transmission of HIV, Syphilis, Hepatitis B and Chagas (EMTCT Plus) in a Disperse Rural Population from the Gran Chaco Region: A Tailor-Made Program Focused on Pregnant Women.” [En inglés]. PLoS Neglected Tropical Diseases 14 (28 de mayo de 2020): e0008078, 4. ↩︎
Elinor Ostrom, “Crossing the Great Divide: Coproduction, Synergy, and Development”, World Development 24 (1996): 1073–1087. ↩︎
Nuestra definición se basa en la crítica de Peter Evans al concepto de la coproducción. See for instance: Peter Evans, “Government Action, Social Capital and Development: Reviewing the Evidence on Synergy”. World Development 24, núm. 6 (1996): 1119–32. ↩︎