Resumen
Dibujado sobre el fondo de una fotografía satelital y utilizando información etnohistórica y arqueológica, este mapa muestra la ubicación aproximada del Pueblo Real de Indios o Reducción de Talina, bajo el dominio español a finales del siglo XVI. En época precolonial, este territorio formaba parte de Qullasuyu, el distrito sur del estado Inca, territorio controlado por el señorío aymara de los Chichas. Siguiendo el modelo de control vertical de los pisos ecológicos y territorialidad discontinua SEÑORÍOS AYMARAS del QULLASUYU en el SIGLO XVI , los asentamientos de los Chichas estaban ubicados en el altiplano y en nichos ecológicos a lo largo de los valles interandinos del actual suroeste boliviano. Las principales reformas implementadas por el estado colonial en la década de 1570 impusieron la reubicación de asentamientos dispersos en pueblos concentrados. Si bien los Chichas pudieron tener acceso a la tierra, el despojo tomó la forma de una reconfiguración completa de su organización territorial y una desarticulación de la gran entidad política en una variedad de comunidades fragmentadas en Reducciones, como ocurrió con Talina1.
A principio del siglo XVI el señorío aymara de los Chichas, perteneciente a la confederación Qara Qara-Charka, estaba asentado de manera dispersa a lo largo del camino del inca CAMINOS INCA Y TAMBOS en el SIGLO XVI que pasaba por las actuales Calcha, Cotagaita, Tupiza, Talina (de cuya Reducción se ocupa este mapa), Suipacha, Moreta y otros poblados que mayormente estaban situados en el curso de los ríos que bajan hacia el oriente.
Según la Tasa de Toledo, a partir del censo de 1573, toda la población Chichas estaba asentada en 19 pueblos. 2 Nueve de estos pueblos fueron reducidos en Talina y los otros diez entre Calcha y Cotagaita, esto quiere decir que la concentración de población dispersa fue más aguda en Talina. Con las reducciones se ahondó el proceso de fragmentación y desvinculación de los territorios discontinuos controlados por esta unidad socio-política, se reorganizaron estos territorios y las autoridades indígenas (kurakas) pasaron a ser funcionarios pagados por el estado colonial para recaudar el tributo indigena y reclutar la mano de obra obligatoria bajo el sistema de la mita. A su vez, las reducciones generaron la liberación de grandes extensiones de tierras que luego serían vendidas en el marco de las composiciones de tierras LEGISLACIONES COLONIALES QUE ENMARCARON LOS DESPOJOS EN LOS ANDES CENTRALES: COMPOSICIÓN DE TIERRAS .
El censo de 1573, conocido como la Visita General de Toledo, permitió a la Corona la obtener información estadística sobre los Chichas. Según los datos de este censo la población total sumaba 3.164 personas, la población tributaria llegaba a 834, entre los varones adultos de 18 a 50 años, 520 de Calcha y 314 de Talina; 217 personas fueron anotadas como “indios viejos e impedidos que no pagan tasa”, 720 como muchachos hasta los 17 años y 1398 como mujeres “de todas las edades y estados”. 3
La Reducción de Talina se ubicó en el sector centro-oriental de una amplia zona de puna, cuya planicie se ve interrumpida por las quebradas que va formando el río Grande de San Juan (como se lo conoce en Argentina) o río de San Juan del Oro (como se lo denomina en Bolivia). La Reducción incluye las tierras altas de puna ubicadas al sur del curso de dicho río, y las tierras altas y quebradas y ríos integrados al curso del San Juan del Oro.
En 1646, las amargas experiencias llevaron a la decisión de los pueblos Chichas de ir acumulando el dinero destinado al pago de la composición de sus tierras LEGISLACIONES COLONIALES QUE ENMARCARON LOS DESPOJOS EN LOS ANDES CENTRALES: COMPOSICIÓN DE TIERRAS . 4 Así, en toda la vasta región, tempranamente se impuso la propiedad privada, con haciendas a cargo de muy pocas familias, salvo las que lograron comprar como parte de las tierras vendidas en composición, como propiedad del ayllu, esto es, la célula social organizativa compuesta por una extensa red de hogares. Las demás fueron compradas por españoles como haciendas.
La más importante de estas haciendas, que ocupó una parte del territorio anteriormente controlado por los Chichas es la del Marquesado del valle de Tojo, desde el siglo XVII hasta fines del XIX, que abarcó gran parte de la actual franja de frontera entre Argentina y Bolivia y contó con la posesión de la encomienda más grande de indios del Tucumán: la de Casabindo y Cochinoca, en la actual puna jujeña. La pertenencia de estos importantes grupos étnicos al señorío aymara de los Chichas, al menos de manera parcial, es motivo de controversias de activistas y académicos.5
Las guerras de la independencia con España afectaron el funcionamiento de los circuitos mercantiles y los vínculos laborales en la región, los que, sumados a la caída de la minería potosina, hicieron que el arriendo, el uso de tierras a cambio de un precio determinado, fuera la solución encontrada. El dominio del modelo de hacienda del Marquesado fue sobre el territorio y la población de la región, en un modelo de servidumbre, que se mantuvo desde la colonia y perduró hasta bien entrado el siglo XX. 6
Con el advenimiento de las Repúblicas argentina y boliviana, las propiedades del antiguo Marquesado subsistieron prácticamente íntegras, a diferencia de lo que había ocurrido otras partes de Argentina, donde las tierras anteriormente de propiedad comunal, fueron declaradas fiscales. En Potosí, la propiedad comunitaria indígena se mantuvo hasta 1901.
Los descendientes de la unidad sociopolítica Chichas pudieron eximirse de las disposiciones de la Ley de Exvinculación de Tierras de 1874 en favor de la propiedad individual gracias a los títulos de composición de tierras que les fueron otorgados en 1646. Para que eso se efectivizara debieron realizar una serie de representaciones en las dos últimas décadas del siglo XIX y las dos primeras del siglo XX, para que no los incluyeran en las operaciones de las mesas revisitadoras, que al estilo de las visitas toledanas, las realizaban agentes estatales en favor de los hacendados locales. Calcha, por ejemplo, consiguió librarse de las revisitas, sin embargo se generó un nuevo frente contra sus territorios que provino de las haciendas en los márgenes del territorio, debiendo presentar juicios hasta bien entrado el siglo XX, que lograban ganar, aunque muchas veces se producían enfrentamientos para defender sus tierras contra los patrones que venían con peones armados.7
Lo que no se pudo lograr con la Ley de Exvinculación, la Reforma Agraria de 1953 sí consiguió: consolidar los derechos de propiedad individual de pequeños y medianos propietarios que se habían introducido en los límites de los territorios de losayllus. La Reforma Agraria fue vista en muchas zonas rurales de Potosí, como la continuación de los esfuerzos del estado por destruir la integridad territorial y social de los ayllus. 8
En los años posteriores a la Reforma Agraria, la mayor parte de los pobladores de la región Chichas mantuvo la lógica de que el Estado era el propietario de las tierras y al pagar la tasa se aseguraban su legítima posesión. El monto total se depositaba en el Tesoro Departamental en la Prefectura de la ciudad de Potosí, hasta la promulgación de la Ley 843 de Reforma Tributaria (de 1986): “Esta ley declaró el fin del cobro de este antiguo impuesto de origen colonial […] pero en Calcha las autoridades continuaban pagando esta contribución al estado hasta los años noventa, viéndola como necesaria para mantener la propiedad de sus tierras y su mismo rol de autoridades”. 9 Esta “obligación” fue mantenida por otros ayllus del departamento de Potosí.
Con la Asamblea Constituyente (2007-2008) que generó la modificación de la Constitución y la Ley de Autonomías y Descentralización, la Nación Chichas se ha organizado actualmente en ocho Tierras Comunitarias de Origen, seis Ayllus, dos Jatun Ayllus, y cinco municipios autónomos, además de los municipios de Lípez y sus Tierras Comunitarias de Origen respectivas.
¿En qué medida la actual Nación Chichas reconoce su origen en el señorío aymara de los chichas del siglo XVI? Una gran cantidad de chicheños, principalmente del pueblo de Tupiza, entre los que hay maestros y escritores, milita por la causa de recrear a la Nación Chichas basándose en el pasado prehispánico de aquella etnia, aunque sin hacer énfasis en la cultura ni la lengua aymara. La creación de la Nación Chichas se inscribe en un momento político en el cual, gracias a las posibilidades que abre la constitución vigente del Estado Plurinacional, habilita a tal postulación, esas características no siempre coinciden con los resultados de los estudios académicos realizados sobre los Chichas. Como afirma Zanolli, no hay consenso acerca del idioma que hablaban los Chichas.10 Según el órgano de difusión de la Nación Chichas fue el kunza.11 Tampoco hay consenso sobre la amplia territorialidad que se le asigna en el documento refundacional que incluye buena parte de las provincias argentinas de Jujuy y Salta.
REFERENCIAS:
Cook, Noble David, ed. Tasa de la Visita General de Francisco de Toledo. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1975.
Frías Mendoza, Víctor Hugo. Mistis y Mokochinches. Mercado, Evangélicos y Política Local en Calcha. La Paz: Mama Huaco, 2002.
Madrazo, Guillermo. Hacienda y Encomienda en los Andes. La Puna Argentina bajo el Marquesado de Tojo. Siglos XVII a XIX. Buenos Aires: Fondo Editorial, 1982.
Palomeque, Silvia. “Los Chichas y las Visitas Toledanas. Las tierras de los Chichas de Talina (1573-1595)”. Surandino Monográfico, 1, 2 (2010): 1-76.
Tarcaya, Freddy. Kunza, el Idioma de la Nación Chichas. Cochabamba: Kipus, 2015.
Teruel, Ana, “El Marquesado del Valle de Tojo: ¨Patrimonio y Mayorazgo. Del siglo XVII al XX en Bolivia y Argentina”. Revista de Indias, LXXVI (2016): 267,379-418.
Zanolli, Carlos. “Incidencias, Usos y Apropiaciones del Saber Académico por la Sociedad: los Casos de Humahuaca (Argentina) y la Nación Chichas (Bolivia)”. Estudios del ISHIR, 12, 32 (2022), 1-18
http://portal.amelica.org/ameli/journal/422/4223173008/html/
Silvia Palomeque, “Los Chichas y las Visitas Toledanas: las Tierras de los Chichas de Talina (1573-1595)”. Surandino Monográfico 1, no.2 (2010), 1-76. ↩︎
Palomeque, “Los Chichas y las Visitas Toledanas”. ↩︎
Noble David Cook, Tasa de la Visita General de Francisco Toledo, (Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1975), 315. ↩︎
Palomeque, “Los Chichas y las Visitas Toledanas”, 2. ↩︎
Guillermo Madrazo, Hacienda y Encomienda en los Andes. La Puna Argentina bajo el Marquesado de Tojo. Siglos XVII a XIX. (Buenos Aires: Fondo Editorial, 1982). ↩︎
Ana Teruel, “El Marquesado del Valle de Tojo: Patrimonio y Mayorazgo. Del siglo XVII al XX en Bolivia y Argentina”. Revista de Indias, LXXVI, 267 (2016), 379-418. ↩︎
Víctor Hugo Frías Mendoza, Mistis y Mokochinches. Mercado, Evangélicos y Política Local en Calcha. (La Paz: Mama Huaco, 2002). ↩︎
Víctor Hugo Frías Mendoza, Mistis y Mokochinches, 36. ↩︎
Víctor Hugo Frías Mendoza, Mistis y Mokochinches, 40. ↩︎
Carlos Zanolli, “Incidencias, Usos y Apropiaciones del Saber Académico por la Sociedad: los Casos de Humahuaca (Argentina) y la Nación Chichas (Bolivia)”. Estudios del ISHIR, 12, 32 (2022), 1-18 ↩︎
Freddy Tarcaya Gallardo, Kunza, el Idioma de la Nación Chichas (Cochabamba: Kipus, 2015). ↩︎