Resumen
La obra de Bruguera está vinculada al cuerpo y al patrimonio cultural, pues aborda los objetos rituales como elementos fundamentales en las prácticas y creencias de una cultura específica. Estos objetos están estrechamente vinculados al cuerpo, ya sea por su uso en rituales que implican la presencia física del cuerpo o por su simbolismo asociado a aspectos espirituales o sagrados del cuerpo humano. Estos objetos son considerados parte del patrimonio cultural de una comunidad debido a su valor histórico, cultural y artístico. Representan una herencia que se transmite de generación en generación y su conservación y estudio contribuyen a la comprensión y valoración de la identidad cultural de un grupo específico.
El desplazamiento explora la intrincada conexión entre la fe religiosa y la confianza en la eficacia de las autoridades gobernantes dentro de una comunidad. En el centro de la obra de arte está un Nkisi Nkonde, un fetiche religioso originario del Congo y utilizado por los practicantes de la religión animista para comunicar sus deseos al objeto. El Nkisi Nkonde se “carga” o activa al incluir reliquias o partes corporales de una persona fallecida. Cada clavo incrustado en el objeto simboliza el cumplimiento de un deseo que se le ha hecho. La creencia en torno a estos objetos de poder es que poseen una eficacia extraordinaria; sin embargo, a cambio de su ayuda, la persona que realiza la solicitud debe hacer una promesa como muestra de gratitud por el deseo concedido. El incumplimiento de esta promesa despierta el espíritu que reside dentro del Nkisi, lo que lo impulsa a buscar a la persona que incumplió su compromiso y desata su formidable poder contra ella. Estos objetos son tenidos en tan alta estima y temor que ocasionalmente se utilizan como testigos en transacciones o contratos entre individuos.