Resumen
Este trabajo examina la construcción de la feminidad en relación con las piedras preciosas, explorando cómo estos objetos han sido históricamente asociados con la feminidad y la belleza. Analiza cómo la industria de las piedras preciosas ha influido en las nociones de feminidad y cómo se establecen criterios de valor en relación con los cuerpos que se consideran dignos de usar estas gemas, mientras que otros cuerpos son excluidos. Además, plantea preguntas sobre el comercio justo, la ética y la sostenibilidad en la extracción y comercialización de estas piedras preciosas, considerando el impacto tanto en los cuerpos de los individuos involucrados en la industria como en el medio ambiente.
Las piedras nos dan raíces. Nos permiten anclar cosas, un asidero al mundo o a la tierra, un hogar o algo a lo que aferrarnos. Sin embargo, las piedras preciosas y los minerales han estado históricamente sometidos al extractivismo, al uso desenfrenado para enriquecer a unos pocos y despojar a la tierra de lo que es constitutivo de ella. Las piedras preciosas han sido asociadas forzosamente a un adorno para cierta feminidad hegemónica –otro robo a las lesbianas– y los minerales viven actualmente encerrados en dispositivos tecnológicos que son cajas negras, invisibles. Asimismo, la naturaleza de las rocas también ha sido borrada de los imaginarios tradicionales de las disidencias. Estas fotografías son un homenaje, un reconocimiento y un catálogo en torno a la diversidad que presenta esta especie. Una manera de admirar su belleza y sencillez porque, a diferencia de casi todas, “la stone butch tiene la dudosa distinción de ser, probablemente, la única identidad sexual que se define casi por completo en términos de las prácticas que no hace” (Jack Halberstam, 1997).